DE LIBROS. JAVIER REVERTE


“De niño imaginas, proyectas… En tu juventud y madurez, inmerso en el vértigo del presente,
dejas latiendo en un rincón de tu espíritu los anhelos infantiles… Al envejecer, vuelven y te
piden que los realices, que cumplas el destino que trazaste para ti cuando asomabas a la
conciencia de la vida”. Párrafo de El Río de la Luz (2009).
Javier Reverte murió el 31 de octubre de 2020. Tenía 76 años. Había leído hacía bastantes años
Trilogía de Centroamérica, Dios la aventura y el diablo y Venga a nosotros tu reino. Después de
la noticia de su fallecimiento he querido recuperarlo y me puse a ello. Pero es que tiene tal
cantidad de libros publicados. Empecé con Corazón de Ulises, me adentré en ese corazón y
navegué con el autor y pisé los lugares que él estuvo recorriendo. Leer a Reverte es no tener
ganas de acabar el libro. Disfrutas con cada página, con su sentido del humor, tanto cuando
relata su propia aventura como cuando nos adentra en los hechos, personajes históricos, mitos
y leyendas.
He seguido con Los Caminos perdidos de África, Suite Italiana, y El Rio de la Luz, un viaje por
Alaska y Canadá sobre su fiebre del oro y ese rio Yukon que recorremos con él, sorteando
rápidos, peligrosos remolinos y enfrentados a osos, a la codicia y también a la generosidad
humana.
En marzo de 2020, inmovilizado no por la enfermedad sino por la pandemia, decía en una
entrevista en el Diario de Navarra “conforme me acerco al final de mi vida tengo más ganas de
viajar”. ¿Qué era viajar para el autor?, la respuesta está en sus libros. Pero él decía que en los
viajes pasan muchas cosas, se vive más y que lo importante de la vida es vivir el tiempo.
Se ha ido con muchos proyectos, escribir sobre Irán, Turquía y Omán donde ya había viajado y
los que tenía en mente hacer a Georgia y Armenia. A la imposibilidad debido a la pandemia,
siguió la enfermedad que en poco tiempo venció al viajero empedernido.
Me gustaría haberlo conocido personalmente, haber hablado con él, pero solo hubiera podido
hacerlo en la presentación de alguno de sus libros. La cuestión es que esta admiración y
curiosidad se me puso de manifiesto a raíz de conocer su último viaje. La aventura sin retorno.
Participaré de sus viajes aventureros, con una notable presencia de filosofía, poesía y humor a
través de las muchas páginas que ha dejado.