Aunque parezca mentira, en medios urbanos, con contaminación de todo tipo y tantas actuaciones agresivas contra la naturaleza, viven y se desarrollan especies animales y vegetales. Por supuesto en parques y jardines, pero también en lugares sin esas zonas de desahogo. Los agujeros que dejan ladrillos y otros elementos de las fachadas de los edificios son espacios de alojo y nidificación de diferentes tipos de aves y murciélagos. Para las migratorias, golondrinas, aviones, entre otros, representa casi un hogar. Y surcan nuestros cielos en bandadas más o menos numerosas a diferentes horas del día, o de la noche.
Pero hace tiempo que la rehabilitación de fachadas y las nuevas construcciones han sustituido los ladrillos o los han cubierto con planchas de metal sin lugar para esos resquicios que, por mínimos que fueran, constituían el resguardo o vivienda temporal de esos seres. Al leer un boletín de SEO (Sociedad Española de Ornitología), veo que mencionan el problema. Reproduzco aquí su escrito.
“Nidos en edificaciones. SEO/Birdlife y Secermu han enviado una carta al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para reclamar que las nuevas obras de rehabilitación financiadas por el Plan de Recuperación y Resiliencia tengan en consideración la fauna que habita en los edificios. Numerosas especies protegidas, especialmente de aves y murciélagos, crían y se refugian en edificaciones humanas, y las obras de rehabilitación de edificios suponen en la mayoría de las ocasiones, la desaparición de los huecos en los que se asientan”.
Se refieren a las obras financiadas por organismos públicos, pero sería conveniente que también las obras de construcción y de rehabilitación privadas tuvieran en cuenta esta situación y actuarán en consecuencia con los materiales que emplean.
En internet, he visto esta imagen, hay varias, de ladrillos biológicos, y el texto que sigue (sin ánimo de publicidad, se menciona la marca) “La imagen de los gorriones y pequeñas aves anidando en las fachadas de los edificios es bastante frecuente en un país como Holanda, que por otro lado, destaca por su tradicional uso de este material cerámico en sus fachadas. De esta sugerente idea, nace el Brick Biotope, un ladrillo hecho a partir de materiales sencillos como el yeso y la arena, que son los que le dan forma. El ladrillo Biotope no es un ladrillo estructural, ya que el material con el queestá hecho es demasiado frágil y quebradizo, aunque se podría emplear donde no se necesite resistir grandes cargas, o como nos muestran sus creadoras , sustituyendo algunas piezas del muro para combinar ladrillos resistentes y ladrillos decorativos”.
Sigue la explicación en internet de que dos arquitectas de interiores, Micaela Nardella (Italia) y Oana Tudose (Rumania), han desarrollado esta idea. Estaría bien copiar este tipo de iniciativas antes que las de Black Friday y similares.