PENSANDO EN POESÍA

¿Es la poesía una forma de interpretar el mundo? ¿Es la expresión particular de las emociones y los sentimientos? Una definición dice que es la “Composición literaria que se concibe como expresión artística de la belleza por medio de la palabra, en especial aquella que está sujeta a la medida y cadencia del verso”. Gustavo Adolfo Bécquer lo simplificó poéticamente

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.

Un problema con las definiciones es que no pueden abarcar muchos aspectos de aquello que definen.  Pero, a fin de cuentas, echamos mano de las definiciones, al menos yo, de algo que no conozco o no entiendo. La poesía, como otras formas de arte es lo que a cada uno le crea una sensación de intensidad, serena o agitada.

Hay versos, poemas, que crean imágenes. Miguel Hernández, desde la prisión escribe Nanas de la Cebolla a su mujer, al enterarse de que se está alimentando de cebollas y tiene que dar de mamar a su hijo.

Al octavo mes ríes

con cinco azahares.

Con cinco diminutas

ferocidades.

Con cinco dientes,

Como cinco jazmines

adolescentes.

Frontera de los besos

serán mañana,

Cuando en la dentadura

sientas un arma.

Sientas un fuego

Correr dientes abajo

Buscando el centro.

Qué hermosa manera de explicar la aparición de los dientes a edad tan temprana y esa función, frontera de los besos, como antelación del desenlace sexual.

¿Es el amor el sentimiento que más aparece en poesía? El amor es algo tan personal que cada uno lo vive, lo sufre y lo expresa a su manera, generoso, posesivo, compartido, duradero, efímero, y cuánto más se podría añadir.

Ausías March (1400-1459), en su extraordinario Veles e Vents lo manifiesta así

Io tem la mort per no ser-vos absent, perquè amor per mort és anul·lat,

mas io no creu que mon voler sobrat, pusca esser per tal departiment.

Jo só gelós de vostre escás voler, que, jo morint no meta mi en oblit.

Sol est pensar me tol del món delit, car nós vivint, no creu se pusca fer:

Aprés ma mort, d’amar perdau poder, e sia tost en ira convertit.

E, jo forcat d’aquest món ser eixit, tot lo meu mal será vós no veer.

E de vós sap lo qui sens vós está: a joc de daus vos acompararé. …

Desea que después de morir la otra persona no pueda amar “aprés ma mort d’amar perdau poder”, y sigue el lamento, todo mi mal será no verte… y de ti sabe quien no te tiene.

Pero también hay lugar para la burla, y una muestra es el Testamento de Pierre Brassens que, traducido canta Paco Ibáñez. Aquí unos fragmentos.

Me pondré triste como sombra, cuando el dios con quien siempre voy,

me diga con la mano al hombro: «Vete pa’arriba a ver si estoy» …

Dios quiera que mi viuda sienta al enterrarme un gran dolor,

 y no necesite cebollas para demostrar su amor.

Que tome en segundas nupcias esposo de mi calidad,

 así podrá sacar provecho de mis chinelas y mi ajuar,

que sea dueño de mi esposa, que beba y fume en mi hogar.

Pero que nunca, cien mil diablos, mi jaca se atreva a montar.

Aunque no tenga yo ni pizca ni sombra de perversidad,

si tal hiciera mi fantasma le vendría a perjudicar.

Aquí yace la hoja muerta mi testamento se acabó

Hay un letrero en mi puerta «Cerrado porque se murió»

Ya no me dolerán las muelas. yo me despido sin rencor

A la fosa común del tiempo y del olvido ya me voy.