La plaza de la Virreina en el barrio de Gracia acoge la Parroquia de Sant Juan Bautista. Una amplia escalera conduce a esta bella y elegante edificación, se dice que de estilo ecléctico ese estilo que en filosofía y en arte bebe de distintas fuentes y las aúna en podríamos decir, una simbiosis. Lídia, esto va por ti, que estás trabajando este concepto para llevar la teoría desarrollada por Lynn Margulis en la evolución de la vida, a los modelos sociales de hoy en día basados en la economía, la competencia y el capitalismo salvaje y el individualismo. Y por más que desde el poder se intente disimular, y se consigue, todo eso prima y va por delante de la ecología, la cooperación, el universalismo y la justicia social.

                Volviendo a la Iglesia, Lídia Pujol me la enseñó cuando no había nadie, eran más de las 9 de la noche. El templo es muy hermoso, también en su parte externa. Para mí fue increíble entrar en la Capilla del Santísimo de Francesc Berenguer (1866-1914), que fue discípulo y amigo de Gaudí (1852-1926). Hay que elevar la vista al artesonado y maravillarse. Son cuatro cúpulas decoradas con trencadís y cruces de Malta, con colores luminosos que envuelven la mirada en tanto que los laterales suavizan los tonos hacia el oro viejo.

La foto es de Antonio Navarro y está tomada de Internet.

Pero aquí no acabó la maravilla. Lídia me obsequió, allí en solitario, bueno con otros tres acompañantes que ya están acostumbrados a su voz, con la canción de Cecilia, Nada de nada. El sonido de su voz suave y potente reverberando y expandiéndose entre los muros, el ábside, las cúpulas fue algo indescriptible. Al acabar ya le dije que no podía aplaudir con las manos y lo hacía con el corazón, que estaba emocionado.

                GRACIAS

Foto de internet. Autor Marc Llibre